
Domingo Silfa fue en vida una persona alegre, dinámica y carismática que con su entusiasmo y cortesía contagiaba a todos a su alrededor.
Tito J Vargas cómo era conocido, se va y nos deja ese vacío del amigo ausente, aquel que con sus ocurrencias nos hacia botar el mal rato.
Tito, te fuiste primero sin avisar, provocando tristeza entre tus amigos y familiares, entre los compañeros del partido y tus compañeros comunicadores.
Rogamos a Dios que acoja tú Alma y proporcione consuelo a todos los que en vida sentimos cariño, respeto y admiración.