En uno de sus más dramáticos relatos, el hoy secretario general del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) describe de manera cruda los males de salud por los cuales ha venido atravesando en los últimos meses.
“Mis males no tienen remedio: mis dos piernas claudican y me canso a cada momento, empeoran cada día; mi diabetes me destroza porque es una diabetes asesina, la hipertensión arterial incontrolada a pesar de mi afán por controlarla cada mañana, y para colmo de mis males presiento un cáncer en alguno de mis órganos. Mi voz se quiebra”, relató el comunicador.
Pina continuó narrando “no sé el tiempo que aún me queda sobre la tierra, pero mis fuerzas me abandonan y hasta mi voz ya no es la misma”.
El comunicador, oriundo de Sabana Grande de Boyá, aseguró que nunca ha vivido con resentimiento.
“A quien haya ofendido, espero no me guarde rencor, porque mi vida la viví sin rencores; a quien mis ideas no fueron las suyas también le pido que no me guarde rencor”, reflexionó.
Pina, que ha laborado en diversos medios de comunicación, entre ellos radio, periódicos y televisión, asegura que “me voy triste y abatido, pero con la satisfacción de haber vivido”.
Dijo que “lo único que me falta para empezar este largo viaje es saber que me enterrarán en el cementerio de mi cuatricentenario pueblito de Boyá”.
“Si no los vuelvo a ver, hasta siempre. Me fui primero para encontramos luego en la otra vida”, concluyó.
Tomado de "El Internacional"