Ese hotel, era uno de los destinos turísticos que tenían los
visitantes del interior del país y del extranjero, hoy solo quedan recuerdos de
lo que alguna vez fue un hermoso hotel.
Los maleantes se
llevaron todo, desde las puertas hasta las ventanas, ahí no queda nada, luego
que Banreservas lo embargara y fuera cedido a la Secretaría de Agricultura,
supuestamente para instalar un centro de entrenamiento y vacacionar para sus
empleados. Pero lo dejaron abandonado, sin doliente, a la merced de los
delincuentes.
Ese era el destino final que le esperaba al Bahoruco Beach
Resort, si Gonzalo Castillo no lo hubiera adquirido para remodelarlo y
construir cabañas turísticas en los terrenos. Por ese y otros motivos es que no
les hago el juego a los enemigos del turismo de Barahona.
POR DAVID RAMIREZ