Pique y pele más rápido que tú Que haga una receta mejor que tú Que emplate mejor que tú Que conozca más ingredientes que tú Y que este más actualizado que tú.
Recuerda siempre estar abierto a aprender del que tengas al lado, sin importar de donde vengas o el título que tengas.
Si somos conscientes de ello, seremos muy buenos profesionales.
Leer, siempre es la mejor opción.
La lectura activa la mente e incrementa la inteligencia.
Las personas que más leen incrementan su densidad neuronal; la lectura también hace que la mente trabaje más rápido.
Mientras lees estas líneas, tres áreas de la corteza exterior de tu cerebro trabajan: el lóbulo frontal, encargado de procesar las imágenes; el lóbulo occipital, encargado de asociar los símbolos que percibimos (las letras) con un significado, y finalmente el lóbulo temporal, cuya tarea es hacer una equivalencia fonográfica de lo leído como si escucháramos un discurso o leyéramos en voz alta.
Al hacer una reducción un poco simple de la inteligencia a una cuestión aritmética (mayor capacidad cerebral, mayor inteligencia), ¿podemos plantear que leer nos hace más inteligentes?
Las personas alfabetizadas mostraron un incremento importante en la materia gris (la densidad neuronal) y en la materia blanca (encargada de conectar los dos hemisferios del cerebro).
Ambas áreas del cerebro están relacionadas con el procesamiento visual, fonológico y semántico que son las tres áreas de especialidad en las que el cerebro distribuye la tarea de leer.
Leer también nos vuelve más veloces de mente y permite que nuestra experiencia sensorial sea más rica y amplia.
El cerebro divide la mayoría de las actividades que realiza en tareas más sencillas y asigna cada una de ellas a regiones especializadas.
Al observar una palabra en papel, el cerebro hace una captación visual de una yuxtaposición de luces y sombras. Al mismo tiempo se crea una representación fonológica de la palabra que estamos leyendo (por eso leer en voz alta es más efectivo, porque genera imágenes más sólidas) y realiza una búsqueda exhaustiva entre todos los elementos almacenados en la memoria para dotar a la palabra leída con un significado.
Si una palabra, o un conjunto de palabras, suele estar acompañado por una serie de estímulos no lingüísticos (un sonido, un olor, una sensación), cada vez que nuestro cerebro perciba esta palabra estimulará las áreas encargadas de procesar el estímulo no lingüístico (o la acción real) con el que asociamos dicha palabra.
Dicho de otro modo, cuando leemos la palabra “canela” o “perfume”, nuestro cerebro activa la corteza olfativa primaria, que incluye la amígdala cerebral y el lóbulo piriforme. Esta parte del cerebro es la que utilizamos para captar olores en la vida real.
“Este es mi principal consejo a la gente: Aprende a cocinar, prueba nuevas recetas, aprende de tus errores, no tengas miedo y sobre todo diviértete".
Victor manuel Sánchez Disla COCINERO Profesional